Si sigues "Fringe", el último capítulo emitido ("Lysergic Acid Diethylamide") te va a parecer de lo mejorcito de la temporada (¡qué ya es decir!) con algunas ideas cojonudas: Walter, Peter y Bell paseando por la mente de Olivia, convertidos en dibujos animados; Broyles drogado viendo pajaritos que cantan; ...
THE TROLL HUNTER (TROLLJEGEREN) (2010) (André Ovredal)
Estos no son los trolls de David el Gnomo
Unos estudiantes universitarios, cámara en ristre, deciden perseguir a un presunto cazador furtivo de osos y acaban descubriendo que en realidad es un cazador de trolls, actividad ocultada durante años por el gobierno noruego. A partir de ese momento, se convierten en testigos en primera persona de la caza y control de estas criaturas mitológicas.
Antes de ver una sola imagen de “The Troll Hunter”, unos letreros nos informan de que las imágenes que vamos a ver corresponden a unas filmaciones que fueron donadas anónimamente, filmaciones que se muestran tal y como fueron grabadas. Es decir, la sombra de “El proyecto de la bruja de Blair” es alargada. ¡Viva los mockumentaries (falsos documentales)! La película, narrada desde el punto de vista del cámara, adolece de las típicas incongruencias de estos planteamientos, principalmente que el cámara no descansa ni un segundo y lo graba todo-todito-todo, estén dentro del coche contemplando las musarañas o estén corriendo delante de un troll furioso (¿tu seguirías grabando? Sí, seguro …).
Bajo mi punto de vista, el mayor problema de “The Troll Hunter” es el guión. Una vez entra en escena el primero de los trolls, la historia no deja de dar vueltas sobre lo mismo, sin que llegue a atrapar en ningún momento, evidenciando que la idea inicial no da para más. Los actores simplemente cumplen su cometido aunque los registros dramáticos de la chica que se pasa el día entero con el micro son harto limitados (¿será que en Noruega expresan el terror con cara de aburrimiento?).
Película correcta con vocación de convertirse en carne de festivales y de gafapastas varios, pero que se queda a medias como producto de entretenimiento.
A recordar: los más que correctos efectos especiales que recrean a los trolls; poca pirotécnica visual y mucha efectividad para un gran acierto de diseño.
A olvidar: los tremendos agujeros de guión. Un ejemplo: los trolls hace la tira de años que corretean por ahí ¿y tan solo existe un curtido cazador? ‘Amos, ‘amos, no me hagas hablar…
Si tienes tiempo libre: y quieres probar más propuestas del cine noruego, échale un vistazo a “Dead Snow”, rebautizada aquí (¡como no!) con el nombre de “Zombis Nazis”. Todo un festival petardo.
